GOR, adiós a la fábrica de sueños


 

Artículo originalmente publicado en Mondo Sonoro y en www.mondosonoro.com


Hubo un tiempo en que las cosas fueron de otra forma en las casas discográficas independientes, al menos en términos de viabilidad. Sí, hubo tiempos mejores en los que, a fuerza de sacrificio, resistencia e intuición podía ser rentable grabar, publicar y promocionar artistas de tirón popular y de calidad. En un contexto en el que era y sigue siendo habitual que un lanzamiento discográfico sea una apuesta deficitaria, había sin embargo otras apuestas que tiraban del carro por su éxito, e incluso unas figuras que triunfaban a lo grande.


Todo ello posibilitaba una industria que, si bien modesta, fue capaz de crear una escena bastante organizada que dignificaba el trabajo de los músicos y de la escena que los rodeaba. Se podría decir que esas mejoras se introdujeron de forma gradual y quizás a medida que se reinvertían los beneficios. Por todo ello, hay varias independientes (es evidente que en Euskal Herria ese adjetivo es casi obligatorio) y actores concretos que merecen un reconocimiento. La saga de los Goñi es una de ellas. Patxi, Marino y Antonio crearon GOR en 1991 acometiendo una arriesgada apuesta para dejar de ser trabajadores por cuenta ajena en Oihuka, dependiente de Elkar. “Llega un momento en el que Soñua pasa por dificultades y, en 1987, los socios nos dividimos. Unos crearon Nola! y nosotros (los tres hermanos) Oihuka”.


La carrera discográfica de los Goñi había empezado en 1983 con Soñua (que abarcaba desde música navarra hasta grupos folk como Ganbara) y su subsello Nafarrock, que fue la que editó a Barricada, La Polla Records o Hertzainak. “Los primeros que grabamos fueron el de Los Motos y el ¡Ahora qué!, de La Polla Récords, aunque al primero que se le ofreció grabar fue a los Tubos de Plata, pero nos dijeron que no. El tercer grupo que fichamos fue Barricada. Después, Kortatu, Hertzainak, Tijuana In Blue, Potato, Delirium Tremens o Zarrapo”. Los casettes de gasolinera y bares, tan exitosos entonces (y que incluso tuvieron superventas como los de los chistes del Señor Tomás), pertenecen a esta primera época, la de Soñua.


Elkar les ofreció estabilidad económica y más medios para trabajar. Incluso llegaron a editar en Euskal Herria discos extranjeros y contactaron también con sellos del Estado español. La aventura en Oihuka para los tres Goñi duró cinco años, en los cuales editaron a Tijuana in Blue, Potato, Delirium Tremens, Los Bichos o Hertzainak. El último fue el primero de Negu Gorriak. Lo que ocurrió fue que las ganas de arriesgar influyeron en su decisión de buscar otro camino. Paralelamente, muchos grupos deciden montar sus propios sellos, como es el caso de Esan Ozenki, Zika Records o Aketo, de Hertzainak.


La nueva aventura arrancó, así, en 1991. Además de discográfica, GOR fue también una distribuidora, sin olvidar otras prestaciones tan significativas como las de promoción y la de management. Parece ser que el nombre del sello era un homenaje al fanzine El Sordo (“Sordo” significa Gor en euskara), que editaban ellos mismos, y no las iniciales de Goñi Oloriz Records, como alguien podría intuir. En aquellos inicios, el éxito del debut de Urtz supuso un impulso determinante, aunque después llegaron Parabellum, Manolo Kabezabolo, los Huajolotes o Berri Txarrak, entre otros muchos.


Nuestra primera referencia fue el disco ‘Miedo al miedo’ de Los del Rayo, producido por el Drogas y grabado en un estudio de Burdeos”. Bihar eta berandu (1991) de Julio Kageta y lógicamente (al ser componentes del grupo Marino y Patxi) unos cuantos de Balerdi Balerdi también se editaron en GOR. Parabellum recalaron en la independiente ya con su segundo disco, que fue un éxito. Y si hablamos de Kojón Prieto y Los Huajalotes lo haremos también de su éxito a nivel Estatal. Más éxitos: Exkixu, Leihotikan, Ken Zazpi, Hesian, Altxatu, por no hablar de los triunfadores Vendetta y los corrosivos y exitosos Lendakaris Muertos. En estos 32 años, han publicado a más de cien grupos y alrededor de doscientas ochenta referencias.


El eclecticismo del sello queda demostrado con los versos musicados por Zazpi Eskale, el metal alternativo de Jousilouli, el dance de Hemendik At, el pop rock de Kerobia o las rancheras y el napar-mex de Kojon Prieto y Los Huajolotes. El sello apadrinó, cuidó, vio crecer y por fin triunfar a Berri Txarrak, de los cuales editaron sus cinco primeros discos, desde 1997 hasta el 2005 con la obra de arte “Jaio. Musika. Hil.”. El sello nunca ha cortado las alas a nadie, y de esta manera tuvieron que dejar marchar a los de Lekunberri en su meteórica ascensión a los cielos. Célebres fueron también los recopilatorios anuales llamados “Aurtengo GORakada” que, empezando en 1997 tuvieron un total de once lanzamientos.


Ya que hemos hablado de eclecticismo, también deberíamos hacerlo de su expansión territorial, que pudo haber sido más grande debido a las propuestas que rechazaron. La apuesta por la independencia se mantuvo hasta el final, gracias a lo cual GOR ha mantenido su seña de identidad. El hecho de entrar a formar parte de la maquinaria de una discográfica grande tiene siempre su contrapartida en la exigencia de resultados:En este mundo eso es muy difícil, porque al cabo del año haces diez discos, de los cuales ocho se venden pero hay otros dos que no; y el jefe siempre se fija en el fracaso. Y yo necesitaba en este aspecto no tener más límite que yo, y mis hermanos, que hacían equipo conmigo”.


La elección de Manolo Kabezabolo, cantautor punk mitificado ya en esa época en Zaragoza y alrededores, resultó ser un acierto descomunal. El inimitable Manolo pudo grabar su primer disco gracias a la apuesta de los Goñi; una apuesta que aún sorprende hoy pero más lo hace por su increíble éxito: 30.000 copias vendidas sin grandes campañas de promoción. El disco se vendió solo aunque por desgracia Manolo dió después el salto a otra editorial.


Otro fichaje fueron los Ganglios, de Badajoz. Lo cierto es que les llovieron las maketas llegadas de todos los puntos del Estado, entre las cuales cabría destacar las de Extremoduro y Duncan Dhu (obviamente esto en épocas de Oihuka). Más apuestas: los fichajes de Yogurinha Borova y Los Carniceros del Norte demostraron su alejamiento de cualquier acomodamiento.


GOR también creó su propia distribuidora estatal. Hicieron presentaciones en el Estado, como en Mediamarkt de Albacete o el Fnac de Aluche. Los primeros años de la década de los 2000 fueron años muy buenos, con el primer disco de Ken Zazpi, ‘Libre ©’ de Berri Txarrak… Son discos que luego se han convertido en clásicos del rock vasco. “Lo de aquellos años en Durango era una locura”.


Sin embargo, la época dorada duró hasta 2004. 2008 supuso un duro golpe para el sello: “fue un trienio de “desastre absoluto. La crisis y el pirateo nos llevó a tener que prescindir de gente. Fue un bajonazo terrible en ventas”. Debido al cambio de paradigma del mercado, Marino y Antonio se jubilaron en primavera de 2011 y se reestructuró la plantilla. En esa tesitura, el formato digital brindó nuevas posibilidades a GOR, que se adaptó rápidamente intentando buscar la supervivencia. El volcarse en las redes y abrir tiendas digitales es lo que les ha permitido llegar hasta hoy.


El single que este año ha publicado Balerdi Balerdi ha resultado ser la última referencia del sello. Por añadidura y de manera no intencionada, “Azken kanta” ha supuesto un epílogo que cierra a lo grande esta aventura de 32 años. Patxi y Orreaga Morrás, los dos únicos que siguen en el barco, serán los encargados de bajar la persiana. Esta maravillosa historia de subidas y bajadas (y que en un momento dado contó con siete empleados, entre ellos al mismísimo Gorka Urbizu) echará el cierre en septiembre.


De esta manera, y a pesar de que han mantenido un perfil más bajo, todos estos últimos años han sido una lucha heróica que los ha traído hasta este 2023. En el horizonte, el adiós que vendrá en unos meses y un posible libro de Marino Goñi, quien ha donado su enorme archivo personal (900 maquetas, carteles de conciertos, diversa memorabilia...) al Archivo General de Navarra.

Hasta aquí nuestro resumen de la trayectoria de GOR. Aún así, necesitamos profundizar en algunos aspectos, de modo que optamos por preguntar directamente a Patxi Goñi sobre ellos.


Hola Patxi, parece que se acerca el final de este viaje que ha durado 40 años... ¿Como te sientes ahora que se acerca el momento? Aún no se ha cerrado la discográfica, así que todavía sigues ahí, en el centro del huracán.


Bueno, Me jubilo en Setiembre, pero ya estamos desmontando el local, recolocando todo el material que teníamos en el almacén y cerrando unos cuantos cajones con temas que teníamos pendientes. Es una mezcla de alegría por dejarlo todo y nostalgia de cosas que quedan atrás.


Con el cierre de GOR ya casi no quedan discográficas de corte clásico. Elkar, que posee actualmente los catálogos de Xoxoa, IZ, Soñua y Oihuka, es prácticamente la que engloba la mayoría del fondo de catálogo del rock vasco, exceptuando a GOR, Discos Suicidas y alguna más. ¿Es el fin de una época?


Es un momento de cambio potente, como fueron 1990-1991 donde se fundaron un montón de sellos en Euskal Herria, como Esan Ozenki, Mil A Gritos, Aketo, nosotros y alguno más que ahora no me viene a la cabeza. Fueron años muy fructíferos. Ahora los grupos van solos con su material y su stand a la Azoka de Durango y todo se renueva. Muchos grupos han tomado las riendas de su carrera y se han convertido en sus propios sellos. ¡¡Ahora sabrán lo que es currar de lo lindo!! Son nuevas formas y nuevos “formatos”.


Se ha señalado el salto a la independencia que protagonizásteis Marino y tú (y Antonio, quien supongo que también estaba en Oihuka con vosotros) al crear GOR...


Antonio ya estaba con nosotros en Oihuka, de hecho montamos un subdepartamento de internacional que llevaba él y que editaba grupos como Chumbawamba, Berurier Noir, The Stupids o The Lords of the New Church. También editamos mucha música africana editada en Inglaterra y Francia. Antonio entró de socio en GOR .


Pero ya habíais experimentado la independencia con Soñua, ¿verdad?


Trabajar para otros te daba la posibilidad de viajar y por ejemplo conseguir editar los discos extranjeros que te he mencionado anteriormente. Pero realmente queríamos trabajar para nosotros mismos y ya estábamos maduros para ello.


Ya que hablamos de Antonio, mencionar que ha protagonizado toda esta historia junto a vosotros, a pesar de lo cual es prácticamente desconocido para el gran público. ¿Podrías contarnos algo sobre la trayectoria de tu hermano?


En la familia todos hemos sido aficionados a la música en muchas de sus vertientes.

Antonio, antes de entrar a trabajar con nosotros, creó el sello Kardantxa a finales de los setenta, donde fichó a gente de la talla de Gorka Knörr, Iñaki Eizmendi o Niko Etxart. Había viajado bastante por el mundo y seguía con atención las músicas que se hacian al final del siglo XX. Al manejar varios idiomas podía mantener contacto con discográficas extranjeras. Su gusto por el diseño gráfico le situó en GOR al frente de esa parte del trabajo que hay que hacer en una discográfica.


Los recopilatorios “Aurtengo Gorakada”, de los que, si no estoy equivocado, se editaron nada menos que once volúmenes, tuvieron un gran éxito y fueron célebres en su tiempo. Fue un verdadero acierto publicarlas. Quizás el éxito del primero os empujó a sacar una cada año...


Una idea se le ocurrió a Marino, para con ella resolver algunos temas pendientes que teníamos en el campo de la promoción como “adelantar” algunas canciones para los discos que salían a fin de año y que se grababan en verano. Estos recopilatorios los hicimos homenajeando o imitando a los recopilatorios que se editaban en el mercado inglés con diversas ideas o motivos. Nos servía para probar canciones y grupos. “Goazen” de HEMeNDIK AT! o el debut de Ken 7, por ejemplo, fueron publicados en el primer “Gorakada”.


Las iniciales de GOR conllevaron una curiosa confusión en forma de anécdota, ¿es cierto?


Creo que se ha magnificado en exceso. En Oihuka teníamos un fanzine de venta por correo que se llamaba el Sordo. Teníamos contacto con unas 15.000 personas a las cuales informabamos sobre el sello y dábamos la posibilidad de comprar por correo. De ahí cogimos la idea de GOR (Sordo en euskera). Y cuando llevábamos un tiempo, nos dimos cuenta que coincidía con nuestros dos apellidos más una R que decidimos que podía ser Records: Goñi Oloriz Records.


¿Hasta qué niveles llegó, en términos económicos y de distribución, la expansión por el Estado Español? Tengo entendido que os llegaron muchas maketas, y llegásteis a publicar unos cuantos discos, además de involucraros en la promoción (presentaciones etc.) y management de artistas fuera de Euskal Herria. Has señalado en otra entrevista el Mediamarkt de Albacete o el Fnac de Aluche. ¿Hubo presentaciones en Madrid?


En el almacen de GOR hay miles de maquetas de grupos de todo el estado e incluso de grupos inernacionales. Si bien es verdad que la expansión se produjo en épocas de Soñua y Oihuka, fue con GOR cuándo afianzamos nuestra distribución y promoción.

Varios grupos nuestros se estrenaron en capitales como Barcelona o Madrid y algunas veces íbamos con ellos a hacer promoción. Lo de Mediamarkt pertenecía a la faceta del trabajo de Distribución, que nos llevaba a sitios que de otra manera nunca hubiéramos ido. Aprendes mucha geografía…


¿Como fue el fichaje de Manolo Kabezabolo? Imagino que os envió su mítica maketa. Manolo era un ídolo underground y muy famoso en su tierra. En ese momento estaba en auge y aun representando una escena muy alternativa era famoso sobre todo como personaje. Su fichaje tuvo un gran mérito y fue un acierto increíble porque era inclasificable y totalmente arriesgado, y el número de ventas (30.000 de sopetón) sobrepasó lo imaginable. ¿Fue el mayor éxito que tuvo un artista estatal en GOR?


No, no nos la envió. Se produjo un caso que luego se repitió con Lendakaris Muertos. En aquella época íbamos a tomar café a un bar cerca de la oficina, que son bastante aficionados a la música, en general. Aquel día tenían puesta una cassette (no había más que cassette) y conforme íbamos oyendo de fondo al cantante, nos sorprendía más. Compramos la maqueta y la llevamos a GOR. Nunca habíamos oído un cantautor punk en aquel entonces. Dió la casualidad que en aquellos días fuimos a, creo que era Artea (en Bizkaia), a tocar con Balerdi Balerdi en un concierto que compartiamos con Manolo Kabezabolo y MCD. Viendo el éxito que tenía Manolo, lo fichamos allá mismo. Tampoco fue, el de Manolo, el mayor éxito de ventas. El disco en directo (doble) de Su Ta Gar “Jotake” superó con creces a Manolo.


Tuvísteis ofertas para haceros más grandes, ofertas que rechazásteis para no perder vuestra independencia. ¿Qué editoriales se pusieron en contacto con vosotros y qué propuestas os hicieron?


Hubo una oferta de una multinacional a principios de la década de los 90, justo cuando empezabamos con GOR, para trabajar en régimen de subsello con ellos. No nos interesó y la iniciativa no prosperó. Estábamos por la independencia y hasta aquí puedo contar.

No habrá sucesor para GOR, ni gente que coja sus riendas. Sin duda, es una apuesta difícil para cualquiera, aunque es verdad que lo habéis intentado.


Sí, porque es un trabajo, como se dice ahora, de 360 º. Trabajas un montón de facetas que producen una actividad potente y es dificil cuidar bién todos estos aspectos. Y lo que es más difícil es encontrar a la persona que se atreva a meterse en este “fregao”.


Hablemos de puntos álgidos. El primero podría ser el debut de Urtz en 1992... Kojón Prieto y Los Huajalotes en 1993, una locura; el despegue de Berri Txarrak, Vendetta... Ken Zazpi fue otro éxito, pero el bombazo de Lendakaris Muertos llegó ya en un momento (2005) en que las ventas de discos en general estaban bajando en picado.


Te olvidas de nombres fundamentales en la música vasca como como Su Ta Gar, La Polla, Skalariak, Hemendik at!, Koma, Marea, Doctor Deseo, Zea Mays… (nota: no nos olvidamos de todos esos grupos fundamentales: simplemente hemos señalado unos ejemplos). Y en la época de Lendakaris Muertos, hay grupos muy populares como Brigada Criminal, Kaótiko, Kerobia o Leihotikan, quienes formaron una segunda generación muy importante bajo el sello de GOR. Y luego la tercera época en la que hemos hecho pequeños descubrimientos como Yogurinha Borova, Los Ganglios o Los Carniceros del Norte (Llegamos a ir a Ciudad de Méjico a uno de los conciertos de Txarly Usher) ¡Me van a matar los que se me olvidan!!


Cuando tu hermano Marino vuelve de Madrid en 1977, sigue haciendo radio y tiene un programa de rock aproximádamente en 1978, donde pincha, además de novedades internacionales, grupos navarros como los legendarios Kafarnaún, Tocamás, Tubos de Plata o Magdalena. También organiza conciertos y el propio programa le permite conocer a futuros personajes clave como El Drogas, Josetxo Ezponda de Los Bichos o Jimi de Tijuana In Blue. ¿Dónde se sitúa Patxi en ésta época de 1978 a 1983?


Pues estudiando en Madrid, cinco años de patear Madrid. Allí fuí testigo del boom cultural-político de los primeros ayuntamientos de izquierdas que no impidieron y que incluso apoyaron muchas propuestas de artes populares. Ahora parece increíble que existiera eso. Es algo que luego no se ha repetido. El último curso estuve en Radio Madrid becado y aprendí muchísimo.


La discográfica Soñua, de corte folk, se creó en 1980 por el legendario promotor Jokin Zamarbide e Iñaki Aritza. ¿En qué momento entra Marino a formar parte de ella? Los tres, junto al diseñador Txabi Oneca, conformaron el núcleo de socios de Soñua. ¿Estuvo Marino ya en Soñua antes de crear el subsello Nafarrock? ¿Participaste en todo estos saraos de tu hermano antes de crear el subsello?


Marino entra en Soñua, en principio como trabajador, en 1981 y en 1982 como socio. Es en este año cuando crea Nafarrock con Miren Montero y José Mari Blasco para aprovechar la estructura y estudio de Soñua para producir grupos de rock mientras sigue trabajando en la producción y grabación de Soñua. Yo entré a trabajar como técnico de grabación al estudio de Soñua y tocaba a la vez en MOTOS. Eso significa que estaba todo el día metido allí. Yo había conocido en Madrid el mundo de las promociones de discos y empecé a aplicar lo que había visto allí, en la prensa y radio locales.


¿Cuántos de los Goñi llevábais el fanzine El Sordo?


Normalmente lo llevaba Antonio, quien lo montaba con textos de promoción o de Marino. Luego en GOR, montamos El GORRO que funcionó hasta el 2011. Al prejubilarse Antonio yo no me podía dedicar a todo y se transformó en la página web gordiscos.com.


El tema de las casas discográficas ha traido polémica desde el principio. Los tiras y aflojas, acusaciones y declaraciones han sido una constante desde el pistoletazo de salida del RRV. Por otra parte, está la disolución de Soñua, o mejor dicho, la oferta de Elkar de integraros en su seno.


Casas discográficas hay muy diferentes, cada una funciona de una manera, y luego está la diferencia entre Multinacionales o sellos independientes…¿Polémica? Es más en el terreno periodístico que en el real. Siempre ha habido ocasiones en que periodistas y sellos no han congeniado mucho entre sí. A veces buscáis fantasmas donde no los hay… sobre todo en los dos temas que nos citas y que tratan de 1985. Yo creo que ha pasado ya mucho tiempo de aquello. (Nota del autor: ninguna intención de buscar fantasmas donde no los hay, simplemente es una pregunta que quiere profundizar en el tema, preguntando a una voz autorizada como es Patxi).


¿Cuáles fueron las primeras referencias de Oihuka?


La primera referencia de Oihuka fue el primer disco en vinilo de Fiebre, banda en la que tocábamos Marino y yo junto a Toño Muro, Fermín Belloso y Mikel Gesta. Luego vinieron Jotakie, Potato, Delirium Tremens, Zarrapo, Ancha Es Castilla, La Polla Records, Tijuan In Blue, Kortatu, Tahúres Zurdos, Los Bichos, Hertzainak, Los Del Rayo, Matraka, Negu Gorriak, Baldin Bada


Hablemos de tu/vuestra trayectoria musical. Marino y tú montásteis tanto el grupo Fiebre como Balerdi Balerdi. Marino, además, estuvo en Fuletamol y Motos. ¿Estoy en lo cierto? Y ¿qué recuerdos guardas de tu faceta musical y guitarrística?


Marino ha tocado en infinidad de bandas, desde John Brown 69, en ese mismo año. Luego en un montón de proyectos en Madrid, y a su vuelta a Iruña formó parte de Fuletamol, Motos, Fiebre, Balerdi Balerdi y Peiremans+. Yo me incorporo en 1981 a Motos, luego sigo en Fiebre, Balerdi Balerdi... y ahí me bajo del escenario.

¿Recuerdos? ¡¡Estupendos!! Tocar en un escenario es uno de los placeres más grandes de esta vida. Y eso lo saben todos los grupos que hemos conocido en GOR. Engancha de por vida.


En cuanto a la escisión de Soñua, de ahí surgió Oihuka, integrada en Elkar, por una parte, y Nola!, creado por vuestros socios en Soñua Jokin Zamarbide y Txabi Oneca junto con Paco Trinidad y Daniel Zubiri, que optó por la independencia, por otra. ¿Qué fue de Nola!? Es una historia poco conocida. Funcionó entre 1988 y 1991 y llegó a editar el doble en directo de Kortatu. Allí fluía el dinero, pero abundaban los gastos. ¿El hecho de no disponer de un paraguas como del que disponíais vosotros (Elkar), fue decisivo para su fin?


Nola? y Oihuka tenían estructuras, formas de funcionamiento, estética e ideología diferentes. El directo de Kortatu lo sacaron ellos cuando Oihuka y Kortatu rompimos las negociaciones previas al disco.

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